Areópago Comunicaciones surge a partir de una Vigilia en la Jornada Mundial de la Juventud 2008 que se realizó en la ciudad de Sidney, Australia.

En la fiesta de Pentecostés del 2010 nació Areópago Comunicaciones con la necesidad de dar servicios comunicacionales a cantantes católicos chilenos, distribución de películas católicas y producción de eventos de gran convocatoria.

Nuestra agencia toma el nombre de Areópago porque ese lugar resultó significativo para el catolicismo ya que el apóstol San Pablo fue llevado ahí (Hch 17, 19) para ser examinado sobre sus enseñanzas sobre Dios.

La colina del Areópago es un enorme monolito de mármol. Mide 115 metros de altura y domina el Ágora de Atenas (Grecia). En la cima y en las laderas se observan cortes en la roca, formando plataformas, que son los únicos restos de antiguos edificios. Según la mitología, se llamaba “la columna de Ares”, ya que éste fue juzgado y absuelto por los dioses.

Les compartimos el pasaje bíblico donde San Pablo hace su intervención en el Aréopago (Hch 17, 16 -34) y que nos inspiró a desarrollar nuestra agencia de comunicaciones:

 

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos. 17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los griegos que adoraban a Dios, y a diario hablaba en la plaza con los que se encontraban por allí. 18 Algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?» Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros». Decían esto porque Pablo les anunciaba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección. 19 Entonces se lo llevaron a una reunión del Areópago.

―¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que usted presenta? —le preguntaron—. 20 Porque nos viene usted con ideas que nos suenan extrañas, y queremos saber qué significan.

21 Es que todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades.

22 Pablo se puso en medio del Areópago y tomó la palabra:

―¡Ciudadanos atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. 23 Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A un dios desconocido. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.

24 »El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, 25 ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. 26 De un solo hombre hizo todas las naciones[a] para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”.

29 »Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. 30 Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. 31 Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos».

32 Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron:

―Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.

33 En ese momento Pablo salió de la reunión. 34 Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada Dámaris, y otros más.

El papa Juan Pablo II escribió en el mensaje para la XXX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, “Los medios de comunicación (prensa, cine, radio, televisión, industria musical, redes informáticas), son el Areópago contemporáneo en el que las informaciones se reciben y se transmiten rápidamente a una audiencia universal, y en el que se intercambian ideas, se forjan comportamientos y de hecho se va delineando una nueva cultura” (19 de mayo de 1996).

El papa Benedicto XVI  se refirió también al tema de “San Pablo y los nuevos areópagos“ a la luz del Año Paulino (2008 – 2009) e invitó a revivir la experiencia del Apóstol de los gentiles cuando en Atenas, tras haber predicado en numerosos lugares, se dirigió al Areópago y anunció allí el Evangelio.

Benedicto XVI señaló en un mensaje dirigido al cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que “el Areópago, que entonces representaba el centro de la cultura del culto pueblo ateniense, hoy – como diría mi venerado predecesor Juan Pablo II – “puede ser asumido como símbolo de los nuevos ambientes en los que se debe proclamar el Evangelio” (Redemptoris missio, 37). En efecto, la referencia a ese acontecimiento constituye una invitación apremiante a saber valorar los “areópagos” de hoy, donde se afrontan los grandes desafíos de la evangelización” (13 de noviembre de 2009).

En la actualidad en la colina del Areópago hay una placa de bronce que contiene el discurso del apóstol San Pablo y que conmemora dicho acontecimiento.

Foto de la colina del AREÓPAGO (Atenas, GRECIA).

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